El martes 25 de octubre la opinión pública despertó sorprendida cuando un bus de servicio público literalmente fue “tragado” por un enorme hueco en el sector de la calle 43 con carrera 13, barrio Soledad 2000.

Varios pasajeros resultaron lesionados y la ciudadanía no salía del asombro de la gran tragedia que estuvo a punto de ocurrir.

Pocos días después, el 8 de noviembre, el mundo se enteró de una situación similar ocurrida en la ciudad japonesa de Fukuoka, donde sorpresivamente se produjo un enorme hueco de 30 metros de largo por 27 de ancho y 15 de profundidad.

Indudablemente, lo sucedido en la ciudad japonesa constituía un hecho de mayor magnitud a la ocurrida en Soledad 2000.

La diferencia radica en que los japoneses superaron la emergencia en un término de 48 horas, pudiendo restablecer la circulación vehicular, peatonal y las actividades comerciales.

En cambio, en Soledad 2000, 24 días después, el problema no solo no ha sido superado sino que, por el contrario, la emergencia es cada vez mayor.

Vecinos del sector aseguran que desde el día de la emergencia se dispuso un operativo tendiente a realizar las obras de restauración del pavimento. Sin embargo, desde esa fecha no se observa ningún tipo de avance.

Para los residentes en la zona, la situación es cada vez peor. Actualmente el área del hueco se encuentra inundada, incluso con aguas residuales, lo que se ha convertido en foco de mosquitos y sapos, poniendo en riesgo la salud de adultos y niños.

También resulta preocupante el hecho de que las aguas están generando socavaciones en las viviendas, de acuerdo con lo denunciado por los propios vecinos.

Por esta grave situación, urgieron la solución antes que ocurran nuevos hechos que lamentar.